sábado, 2 de septiembre de 2017
Ready-made
+ No sin dificultad, avanzo en la lectura de los Cuatro ensayos de N. Frye. No sé, me propuesto leerlo en inglés y no tengo prisa. Con la ayuda de un diccionario en línea, logro avanzar unas páginas en la calurosa tarde de un sábado de agosto. Tengo la necesidad de encontrar una explicación a mi rechazo del veneno absorbido por osmosis durante las últimas tres semanas. No entiendo muy bien la necesidad de acudir a objetivaciones científicas en un camino crítico. N. Frye me da ideas y cierta seguridad (si este sustantivo se puede emplear en este contexto). Me interesa la manera cómo expone la consecución de un punto de vista crítico, la constitución de la persona como crítico. Incide en el aspecto necesario de establecer un criterio: leer literatura hasta conseguir un «make an inductive survey of his own field».
+ Como todo es saltar de una piedra a otra piedra y sortear así el riachuelo. De una historia a otra historia. La actualidad hace que broten esquirlas de vida, que componen un mosaico de narraciones yuxtapuestas que reclaman un sentido que no hemos de otorgar. Un famoso es padre con setenta años, un torero opina sobre el amor a los animales, otro le niega cualquier tipo de derecho a los animales ya que es ésta una cuestión privativa del animal humano y así justifica la tauromaquia, uno se de dice idealista y el otro materialista, un olor a podredumbre se esparce desde las palabras de aquel político que es incapaz de ver el sufrimiento del que trabaja y no llega a nada, del que no trabaja y sabe que nunca volverá a trabajar. Es el contexto. La historia se modula en el presente y nos preguntamos qué modulaciones sufrirá este nuestro presente. ¿Gloria, crecimiento, crisis, lucha, vencedores y vencidos, aislados, mentiras y medias verdades, legiones de ladrones que se han honrado en el crisol de los bailes de sociedad donde se convocan ramilletes de señoritas para el solaz de esos fumadores de puros, bebedores de whisky caro, ajardinados opinadores en las terrazas nocturnas de agosto? El panorama se establece por sí mismo, lo contemplo y acaba de mutar una vez más. Grandes fotos y pequeños libros de fotografía, prefiero lo segundo. Una vez más, Nan Goldin: nada busco en sus fotos y me encuentro con un retrato de mis otros años: la oscuridad y el deseo, un deseo insatisfecho y la larga carrera hacia la nada. ¿Todo ha quedado atrás? Regreso al principio: saltar de piedra en piedra para no llegar a ningún lugar, salvo cruzar el riachuelo sin mojarnos los pies. Abro el libro y estudio El almuerzo de las Drag Queens, todos estamos ahí: compartir comida y risas, hablar, reconocerse, el paisaje que se hace paisaje en nuestros ojos, la constatación del paso del tiempo que se captura en el disparo fotográfico. Así, oigo las opiniones racistas que se fundan en la expansión de la muerte, pero yo no miro para otro lado y guardo un silencio que desaprueba, que desarma el argumento porque no se permite su elaboración mediante la réplica. La vida no sólo es esto, pero esto también es la vida.
+ ¿He localizado la tumba de M. Foucault? Cimetière de Vendeuvre du Poitou.
+ Las tumbas nunca dejan de ser el rescoldo de la vanidad, una joya que nada importa. Visitar tumbas es una afición que yo no practico, aunque sí he llegado hasta cementerios un poco por casualidad, con una pizca de intención. Tumbas anónimas, que tienen el mismo valor que las tumbas de las celebridades. Necrópolis londinenses, con su desorden vegetal, con la casualidad del paseo de los deseocupados no-viajeros.
+ Mujeres ante el café. Son mujeres que con veintitrés años eran señoras, con esa edad se casaron y abandonaron no sin tristeza la juventud. Tienen hijos, una hipoteca y amigas, amigas con las que toman café. Las veo y son tres y las tres fuman, las tres tienen pulseras de oro que tintinea con gracia de gato travieso y ladrón, las tres ven a sus hijos crecer y ninguna acaba de entenderlos. Una de ella mira al horizonte con aburrimiento. El humo es una voluta sin consistencia y sus ojos acuosos retienen una gracia leve y sensual, son quizá sus pechos, el dibujo de sus hombros, el perfil de los muslos o los gemelos bien tallados. Todavía soy joven parece pensar, pero sabe que eso depende de ella y no desea hacer el esfuerzo que supone volver a plantearse la vida como un juego y no como una administrativa rutina, fluida y previsible. Más cómodo es así, pronto regresará a casa y frente al televisor le parecerá que comprende el sentido de la vida. Y sí, lo comprende, en su acotado contexto comprende el sentido de la vida, de su vida. Su hijo ha llamado porque hoy no duermen en casa, hoy ha venido su novia, y este es el sentido de la vida: un fragmento el ciclo eterno.
+ La vida no tiene sentido y cada uno le debe dar un sentido, porque es algo abierto, porque nada está escrito. Ahí reside su grandeza. Con esta idea me acoge el sueño y quiero confiar en ella. Ay, debates entre la libertad y el determinismo, nunca me aclaro, siempre comienzo en el mismo punto y al mismo punto vuelvo. Rescato una paráfrasis de Radio Futura: soy mezcla de fuerza e indecisión. Voluntad y duda. La duda.
+ Imagen: estructuras sin nombre, estructuras que no participan y que su función está en suspenso. Sin contenido, el ensamblaje adquiere unos límites más allá de su geometría: el vacío.