+ No me consuela. Escucho a Jarvis. House Music All Night Long (Extended All Night Gonz version ft. Chilly Gonzales & Naala). Es otra cosa. No es dolor. No es tristeza. Una vida que no se vivió y que ahora se añora, tal vez. Un juego de espejos. Espejos rotos. Un poema que no se ha leído [todavía]. He comprendido el funcionamiento del éxito y la comprensión causa dolor, no por estar al margen sino porque fracaso y triunfo se equiparan. Triunfo, fracaso y miseria. Un punto de vista, el envés. Todo desemboca en lo mismo.
+ Es lo Barroco del día. Hoy. Mañana, tal vez.
+ Esquivé la visita al cardiólogo. No hizo falta su ciencia porque con la del médico de cabecera fue suficiente. Contaba con ello. Contaba con la visita al cardiólogo y no fue necesaria. Pasillos, blanco nuclear, pasillos, mascarillas, pasillos, sillas, esperas, las palabras técnicas y condescendientes gestos [en realidad, entiendo que los enfermos cansemos a los doctores]. La fatiga. He aprendido a morir y eso cuenta a mi favor. Desapego, indiferencia, aceptación. Renuncia. Entiendo aquello que decía Radio Futura en alguna de sus canciones, mejor: Santiago Auserón: “estoy acostumbrado a morir”. Mis desmayos me han entregado esa lección de vida. Lección de muerte. Rebota la electrónica que ha trenzado Jarvis, me parece un buen decorado para un final. El final no está cerca, pero tampoco me preocupa. Cierta aridez, algo áspero en los días que van pasando. No me encuentro y ni siquiera sentí alegría cuando me dijo mi médico que el electrocardiograma era perfecto. Así, hoy, hice mi ejercicio diario, sin ganas, sin ganas fui al trabajo y trabajé bien, tampoco me apetecía establecer límites en la investigación, pero ahí estaba yo y mis herramientas. Sigo el afán del día y el día muere.
+ “Mecanismos de inclusión y exclusión”, leo y me remiten a la vida cotidiana, pero también a las últimas lecturas. En el día a día, a poco que se fije uno, estas herramientas están muy presentes. A la necesidad de pertenecer a un grupo se une, en no pocas ocasiones, a la imposibilidad misma de colmar estas ansias. Hay incluso estrategias de simulación que intentan esquivar estos mecanismos que impiden ingresar en el grupo: tan deseado. He dejado a un lado la lectura de la novela de Karl Ove Knausgård, toda la novela me parece que responde a una necesidad, necesidad cumplida, de entrar a formar parte de un grupo. Hay más asuntos, pero los dejo a un lado. Ese punto tóxico y luciferino me produce rechazo. Paso página.
+ Abandono la novela de Karl Ove.
+ He comprado por 1 € El tragaluz de Buero Vallejo. Una lectura sustituye a otra y se emprende por razones bien distintas. Hoy busco la en autenticidad de la expresión algo más sintético y universal. Me asombra la historia, la síntesis, el acierto.
+ Imagen: de camino al trabajo cruzo los campos, antes de que amanezca, mientras: escucho algo de Charlotte Gainsbourg. Jueves.
