sábado, 1 de mayo de 2021

Abstracción - 2016 (y ss.)

Abstracción - 2016

 + Quizá mi error parte de juzgar Pauline á la plage aisladamente y no en el conjunto de obra, de la serie que propone el director. Hago esta reflexión mientras comienzo a ver El rayo verde. El universo de Rohmer, para mí, se articula en aspectos ambientales que se relacionan con los diálogos y cierta estatuaria de los actores. Ese punto inmóvil donde se establecen las posibles tensiones entre los sentimientos y las obligaciones, el tiempo primero tras la adolescencia, donde todavía esta extiende sus dominios, una madurez inacabada, estados que me resultan próximos por mis propias carencias y ambiciones. Las ambiciones no cumplidas retratan sin ambages las aristas de una personalidad. Veo a Dephine hablar de la carne en El rayo verde y creo entender o contemplar ciertas simas del pasado. Lo sumo a otros momentos en que el director propone historias que pueden parecer banales o, definitiva, irrelevantemente cotidianas. Pero, yo así lo veo, es en lo cotidiano donde reside lo nuclear de la vida, ya que no hay situaciones excepcionales, a no ser en el ámbito de lo construido, el relato de lo construido. Dejo a un lado los meandros en los que me sumerjo y regreso a la corriente del río que me conduce al mar. Hay una explicación no requerida en la yuxtaposición de los relatos de Rohmer, esta explicación me aleja de demonios que no son tales, salvo en la quiebra recién sufrida, la que ha elevado un terror sin fundamento, porque quien permite este fundamento soy yo. Rohmer, en definitiva, es un fármaco.

+ Hasta quien cometió un asesinato y cumplió su condena tiene derecho al olvido.

+ [Otra palabra, la coherencia]. ¿La coherencia está sobrevalorada? Conduzco y en un programa de radio un profesor lanza está pregunta y yo no sé contestarla. La coherencia es imposible, resuelve el profesor y su explicación me parece satisfactoria. Nunca somos el mismo, y mucho menos cuando estamos en el abismo de la soledad, enfrentados al vacío que el yo nos ofrece. El yo es cambiante y depende más de los otros y de la circunstancia que de nosotros mismos. El yo tiene una función que se confunde con la nociva aristocracia de la arrogancia y el orgullo; pues, cuánto dolor se evitaría si no nos tomásemos tan en serio. ¿Es necesaria la coherencia? Quizá esté yo pensando en términos absolutos y, como en otras ocasiones, sea un asunto gradual, donde la dosis es el éxito. Y, hila que hila, se llega, en el debate, al punto donde la coherencia se une al secreto, pues el secreto es una de las bases sobre las que la coherencia se asienta: cuando menos sabemos de una persona más coherente se nos aparece. De todas maneras, aunque no sea una meta alcanzable sí me parece una tendencia que se debe impones, a pesar de las dificultades. Y me digo, qué espeso resulta todo en este lunes de abril, mientras comienza a llover. El paisaje no necesita precisiones, es y ya está, indiferente a nuestro juicio, como un gato que solo quiere comer y dormir, como el vuelo del cuervo que se interesa por un despojo.

+ Vuelvo a Paul Weller. Este regreso pertenece a un recorrido circular que se relaciona con el estado de ánimo y con las tendencias a la tristeza, a la alegría y la serenidad. Cuando elegí el emblema, ¿busca algo, algo concreto?, me pregunto. Las guitarras son el emblema, repito como solución. Paul Weller ha empuñado el instrumento con una inteligencia y una poesía que siempre he envidiado, pero en realidad no era la inteligencia ni la poesía lo que envidiaba sin la presencia y la persona. Ahora me identifico en el momento, con la permanencia de ciertas referencias. No soy yo cuando estoy en la soledad del estudio, es un reflejo de otro que fue y no alcanzo a distinguir. La música fluye y la disolución del olvido hace su tarea.

+ Podría analizar la palabra olvido, equiparar el olvido con un fármaco, recordar aquello de que la felicidad está relacionada con tener mala memoria, podría tratar de retratar momentos y situaciones donde el olvido fue un regalo y el velo que ofreció una suerte de magia para propiciar el encuentro con el dios del instante. Podría llegar hasta este momento que el golpe de la realidad ofrece con precisión la perspectiva exacta de la vida, esa visión deletérea que se disuelve al contacto con el aire. Podría, pero no lo haré. Hoy no.

+  "Pour bien cuisiner, il faut de bons ingrédients, un palais, du cœur et des amis." Pierre Perret.

+ Oigo la canción de Los Enemigos Siete Mil Canciones. ¿El futuro? El futuro se ha desvanecido porque el futuro se igualaba a la esperanza. ¿La pandemia? No, todo se disolvió mucho antes. Una gran canción, sin duda.

+ Hoy es sábado. A las nueve y cuarto de la mañana, escucho en la radio pública el programa que semanalmente ofrece la Biblioteca Nacional de España. Habla un conservador de papel sobre la enfermedad del ácido que afecta a los libros posteriores al siglo XIX, en torno a su mitad. Se trata de que la elaboración del papel con celulosa arbórea lleva consigo la destrucción del mismo, porque hay una degradación de las moléculas que terminará por convertir este papel en un polvo amarillento (un proceso que se puede apreciar en el mismo amarillear de las páginas de los libros que atesoramos). Por lo tanto, todos estos libros que componen nuestras bibliotecas están condenados a una pronta extinción (por otra parte, ¿qué hay que no esté condenado a su desaparición?, ¿hay algo que se resista a la caducidad?). Tomo nota, mentalmente tomo nota. Hacia las doce y media de la mañana, dentro de mi investigación, abro Paradiso y comienzo su lectura, que, en principio, debía ser superficial, lo que se traduce en la visita a las páginas donde se cita a Villamediana, que no son más de dos o tres dentro de una larga novela. Sin embargo, desde tiempo atrás, siempre me he atraído por el título de la novela, la figura de Lezama Lima, por Cuba en sí misma. Son razones que me llevan a creer en la intuición, el olfato libresco y el buen gusto, mi buen gusto ¿se relaciona con la distinción o con una capacidad estética?

+vNo puedo dejar de maravillarme y unir Paradiso a  la afirmación del conservador de la BN. ¿En qué punto toda caducidad se une a la belleza, a su inasible verdad, ese rasgo de difícil o imposible concreción? La obra de Lezama Lima es una portentosa maquinaria que trastoca el filo de lo diario. No resulta fácil que esta ampulosa visión no se traslade a la vida cotidiana, ordinaria. El papel y su muerte, Lezama Lima, el sábado como artilugio para la lectura. Compases de la misma canción. Todavía no llueve.

+ Domingo: llueve intermitentemente, la tormenta ensombrece el paisaje, llueve y hay un ritmo soterrado en la lluvia. Domingo. Los gatos están tristes, llueve y la lluvia no les gusta.

+ Imagen: abstracción, 2016.