sábado, 22 de junio de 2024

La sombra de un sueño

 


+ Hay dudas que me asaltan, y, aunque en principio pueda parecer paradójico, pero no lo es, aportan serenidad y orden en el discurrir de los días. Cada día tiene su afán. Y, como correlato, su cuestión, su pregunta nuclear. Se trata, en este caso, de la constitución del gusto. Acudo a Kant, pero luego me disperso en poéticas y razones menos técnicas. Me quedo con la apertura de Los bello y lo sublime, en donde se viene a decir que el disfrute estético está más en la persona que en el objeto [más o menos, menos que más]. La duda me rescata de otras reflexiones, preocupaciones o antiguos interrogantes que producen miedo, terror, angustia. Sin embargo, se puede decir que he aprendido a construir compartimentos estancos para alejarme del dolor. El dolor, que no se debe permitir. Así, encuentro la explicación satisfactoria para el día de hoy sobre el Romanticismo. Para finalizar, ¿durante cuánto tiempo estará vigente la respuesta? No importa. Cada día tiene su afán. 


+ Toda propuesta estética caduca en el momento en que se manifiesta. Leo, en una introducción a su poesía, a la poesía de Luis Alberto de Cuenca, que la poesía debe huir de “su propia y tediosa iconografía”. Claro, en un mundo perfecto todos sus ámbitos serían perfectos. Pero la identidad sobrepasa lo necesario y se instala en lo vital. El rostro del poeta es una construcción y todos esos reclamos a la comprensión se desentienden de ese mensaje hermético, tan necesario para el que encuentra ahí, en ese espacio, un territorio propicio para magnificar su yo. De eso se trata, en un aspecto, el aspecto que no resuelve la totalidad. Continuo, leo sus poemas y me siguen llegando como la primera vez. Es un privilegio.


+ “El editor Ignacio Arellano, disfrazado de Humphrey Bogart, tranquiliza al poeta en un momento de ansiedad, recordándole un pasaje de Píndaro, Píticas VIII 96” [Soneto]. Este es el poema que leo tras lo que antes escribí. Y la cita de Píndaro es “Somos el sueño de una sombra, amigo”. Ahí queda. Vale.


+ ¿Soy yo la sombra de un sueño?


+ [Más o menos]: concepto de historia: articular históricamente el pasado no significa conocerlo como ha sido, sino adueñarse de un recuerdo de cómo este relampaguea en el instante del peligro. Esto no es otra cosa que la reelaboración de una cita de Bejamin.


+ Recuento de personas muy brillantes que me llevan a entender que, desde cierto silencio o ocultación para la mayoría, son ellos los que mueven los resortes. La idea se reviste de complejidad, pero veo un indicio difuso en esta configuración. 


+ ¿La belleza es el velo de la verdad?


+ “Incluso un solo cabello tiene su propia sombra” (P. Siro).


+ Por una confusión en la lectura brota una tontería: “Luces led para reír, luces led para llorar”, como un viento que llegase de un incierto surrealismo. La mañana no es menos caótica, en la fricción con las personas y sus afanes.


+ Imagen: el recorte de una foto disparada sin pensar, el recorte sí está meditado y medido. Una estela, el anonimato, el tiempo que se detiene y se transforma.