+ “Solo como ficción el ser perdura”, leo un poema de Jaime Siles. Me quedo atónito, se trata de una revelación. La ficción de lo diario sobrepasa a la novela, pero no alcanza a la lírica. Pienso en el complemento directo y en la presencia/ausencia de la preposición “a”: “a la lírica/ la lírica” o “a la novela / la novela”. El tiempo se desliza en la ambigua tarde de primavera mientras la espera del viaje no ws una posposición. Atardecer aristocrático del gato que no le interesa más que su pereza. Así, la noche fagocita al día.
+ Vídeos donde escruto las viviendas de los poetas, unos ciertos poetas burgueses. Siento que la poesía es menos poesía cuando me asomo a esta cotidianidad. La culpa, ¿la culpa?, es mía. Mi tendencia a la taxonomía me traiciona, cada nicho resuelve un problema. Es cómodo. Regreso a los libros y trato de olvidar el decorado. Pero mi decorado también es un retrato. Me gusta el anónimo paseo por los arrabales en las últimas horas de la tarde y la falta de atributos. Ay, ese hombre sin atributos que no alcanzo. Mi imagen, mi traición. Los gatos guardarán mi secreto.
+ Y recordé un tren de juguete que reproducía con gran exactitud los vagones en los que viajábamos, cuando niños, hacia la tierra de mi padre. Vagones verde oliva que enlazan tiempos grises y profundos con el ahora presente. Lo recuerdo. Compartimentos que olían a tabaco y a bronce (cuál es el olor a bronce), a gastados anhelos, esperanzas y traiciones, el trabajo duro y los viajes eternos. El paisaje se desarrollaba ante nuestros ojos y, luego, meses más tarde, aquel tren de juguete daba vueltas. También nosotros. Fuimos y volvimos. Estaciones de tren, cantinas, refrescos color naranja y amarillo, vasos muy gastados, mesas refregadas, el sabor de las chacinas, el reflejo del río contra las casas, en la otra orilla, mientras el tren se desliza. Recordé ese tren de juguete, aquellos vagones en los que viajábamos a la tierra de mi padre, porque leí un poema y era ya la mitad de la primavera. La prosa poética se diluye en el tráfago de la rutina oficinesca. Ese rumor de hastío.
+ [Reconciliación con la fotografía (o no)]: La muy breve visita a Madrid nos ha permitido, a C. y a mí, visitar la exposición de Erwin Olaf. Después de tanto tiempo, vemos fotos que nos muestran realidades con un interés que va más allá de la representación, la exacta representación que he últimamente tanto hastío me produce. Sin embargo, la fotografía de E. O. es una posibilidad o un soporte para la expresión narrativa, teatral o cinematográfica. Va mucho más allá de lo que por foto se entiende habitualmente. El marco fotográfico resuelve el problema del soporte, pero, como instrumento que es, no termina la obra en sí misma. Me gustó mucho la apertura al criterio del espectador, también una suerte de reflexión política que trasciende la denuncia testimonial o documental, porque crea y la creación no es otra cosa que forma, la calidad y la puesta en escena, el desvelar el proceso mediante un vídeo, superó todas mis expectativas. Se unió a la visita a lo de Tàpies y el día fue redondeado mediante paseos, compras y golosinas en caras confiterías. La vida adquiere sentido por estos gesto de amor y ternura. El paseo, la cultura, la conversación.
+ [Breve reflexión o un apunte sin mucho fundamento]: Cada nueva tecnología abre una posibilidades que facilitan a ciertos individuos fundar un ecosistema perfecto para su propio desarrollo y para su propia vida. En este sentido, las redes sociales aportan músicos, críticos literarios, periodistas, actores (…), que son en virtud de ellas. Por ejemplo, hace poco leí algo que decía una figura del flamenco: en las escuelas de flamenco deberían orientar a los alumnos a las redes sociales en lugar de los festivales, porque estos últimos hoy por hoy no tienen relevancia. Así, surgen estrellas que su poder está en el número de seguidores. Triunfos del pasado hoy no serían posibles, a no ser que pasasen por del dominio de ese filtro que ha impuesto este primer cuarto del siglo XXI.
+ Vibra la cuestión de si estamos o no estamos en un periodo similar al de entreguerras en la Alemania del siglo pasado. Recordamos la cita de que el pasado no se repite sino que rima. Creo que el fascismo pertenece, como término, al ámbito de la historia y en este momento nos encontramos en un ámbito “post”, que se relaciona con camaleónicas derivas autoritarias que adoptan la piel de la democracia sin aceptar el principio básico del respeto a la institución. El movimiento oscilatorio se percibe a lo largo de la historia sin dificultad: ahora bajamos hacia sabe dios qué, pero lo estudiado puede contribuir en adivinar consecuencias. Eso vi en la Madrid, la calma y la desigualdad, la aceleración y el reducto de la exposición de Erwin Olaf. Con todo, las batallas nunca se pueden dar por perdidas.
+ [Tàpies]: Fue un reencuentro con la infancia, la adolescencia y la juventud. Me encuentro con la capacidad de descubrir lo importante, con un afinado gusto que nace, ahí, en la infancia. Grandes formatos, la experiencia de descubrir la figuración y la trayectoria de un pintor. ¿Es pintura o se trata de otra cosa? Enfrentarse al paso del tiempo y ver que sigue en pie la obra, el gusto por la obra, ese haber acertado y alzar la palabra, aunque sea susurrando al oído de C., con acierto me produce satisfacción. Qué necesitado estoy yo de ciertas satisfacciones. Pues de fortalecer la confianza se trata, porque si la tarea deseo terminar solo puede ser por esa vía: el convencimiento, la seguridad, el amor por la trabajo bien hecho. Vale.
+ Una foto antigua en este mismo blog retrata a Manuel Segade, el que ahora es director del Reina Sofía. La foto tiene más de cinco años, quizá siete. En realidad, no soy capaz de fechar la foto. Quizá fue en una conferencia en ARCO. Mi tendencia al arte y mi alejamiento del arte, un viaje de ida y vuelta. Sé que comprendo algunas cosas y confío en que puedo determinar los límites de mi conocimiento. Esto último es más importante que el saber mismo, porque estructura el conocimiento. No hay otra posibilidad que esta amplia concesión a lo inútil, que, al final, es lo que realmente importa. Tengo un mapa con grandes lagunas, pero percibo el contorno. Recuerdo la conferencia de M. S. Sigo con lo mío, a pesar de dudar, trabajo por fortalecer la confianza en la empresa.
+ El rumor del hastío, lo acallo.
+ [una posible] Lista de intereses: la prehistoria, el siglo de oro, el siglo xix, el periodo que va desde la 2ª República hasta la restauración de la democracia, la España de los Austrias menores. Una lista que salta espontáneamente tras coger de su lugar en la estantería un grueso tomo de Historia de España dirigido por Tuñón de Lara, eso creo, y editado por Historia16. Queda constancia, sin más.
+ Imagen: arquitectura recortada, un escalera interior, el edificio neoclásico, su extensión en lo diario. Una atenuación.
