sábado, 22 de enero de 2022

Paréntesis (14)

Aveiro
 

+ Una fecha, un plazo y un examen. La triada se traduce una inestabilidad que me cansa pero no me anula. Los retos no me gustan y, sin embargo, a ellos hay que plegarse. C. y yo vemos series sobre el poder, la política y la ambición. No necesariamente se correspondería la narración con la realidad, pero sí que captura una personalidad. Cuánto llevo reflexionado sobre la materia, es decir: sobre sí hay una suerte de predeterminación o la libertad es la guía de toda biografía. Yo sé que hay condicionantes que se resumen en la personalidad, en la autoestima o en su ausencia, en la ambición o en la humilde debilidad. No hay valoraciones, tal vez, pero estimar o desestimar una razón condiciona lo diario y lo diario es la preparación de este examen, con su fecha, con su plazo, con la suma inestable de acuerdos y desacuerdos.

+ Recuerdo el placer de pasear, entrar en un bar, pedir un café y leer el periódico del día. También podría sustituir el periódico por un libro. Leer es un abismo entre lo íntimo y lo plural, que contiene una parte de nuestro interior que desconocemos, que debe ser creada y revelada. Lo añoro mientras espero ese día del examen. En esa urna estoy, en esta esfera me contengo. No leo nada que me interese, pero el premio es grande y deseable. Insisto, no leo nada que me interese.

+ El café, espero.

+ Una foto me llega. Se trata de una habitación de una casa del ayuntamiento en Birminghan en 1969. Es desoladora. Es la pobreza que se hace materia en la presencia de cuatro niños, en sus rostros y en su gesto hiérático. Una cama sin colchón, las paredes ajadas, el papel pintado roto y ahí asoman las el estuco y el ladrillo. Damos todo por supuesto y de repente aparece una imagen que transforma lo diario, al menos, la visión de lo diario. El día continua. El pasado permanece.

+ El plazo condiciona la extensión de las entradas.

+ Imagen: rescato imágenes de años atrás, en este caso de un viaje de dos días a Aveiro, semanas antes de la Navidad. Recuerdo aquellos días y creo que esta imagen me revela aspectos del momento, que se han posado, se han transformado en recuero y en presencia. Pero, lo sé, cuidado hay que tener con la nostalgia, es un vicio que pasa factura. El presente, el pasado, el futuro, solo palabras. Palabras, ni más ni menos.