+ Tomo de la estantería la Poesía de Houellebecq y busco un poema que se titula “Les lampes”, que termina con un “une vie assez inquiétante”. Releo, en francés, el pequeño poema en prosa sobre las hileras de luces del TGV y presiento esa animalidad de los transportes, su aspecto orgánico en donde la biología tan bien se presta a la metáfora. Recuerdo viajes y desplazamientos, recuerdo pasajeros y paisajes, la disolución del tiempo en la cápsula que supone el trayecto: la imposibilidad de otra razón que el desplazamiento mismo. Cobra ahora, en esta situación de inmovilidad, un especial aspecto esa vida bastante inquietante que en el pasado se daba por hecha y ahora resulta imposible, paralizante. Como me ha sucedido en otras ocasiones, me resulta muy complicado hacerme con las dimensiones que componen un trayecto, ya que me parecen inabarcables, tan extensas y ahora son solo un recuerdo. Así, actúa un todo como la equiparación que ofrece el mapa y el territorio [por seguir con Houellebecq].
+ “… el lugar común de la ideología autorial es la fobia a lo común…” en Los papeles del autor/a, de Fontdevila y Torras. La soberbia y la supremacía sobre lo común, esa búsqueda de un lugar donde elevarse.
+ Imagen: Un azulejo en Miguel Bombarda, Oporto. Hace tiempo, ayer mismo.
