sábado, 24 de octubre de 2020

Cambios

 

+ Es sabido: el cambio es el rasgo esencial de la vida, de la existencia, lo que hace que la naturaleza avance en su amplitud. Nada permanece, todo muta. Así lo leí y así lo memoricé. No me haré un tatuaje porque no creo en los amuletos, porque la suerte es más un trabajo constante y silencioso que una circunstancia que se imponga por obra del azar. Bien el budismo, bien Marco Aurelio, en sus Meditaciones, me lo habían comunicado. En un principio me costó asumir esta gran verdad ya que yo tiendo a una rutinaria disciplina y todo lo que haga que esta varíe me desconcierta e incomoda. Sin embargo, no hay otra. Quien hoy es joven mañana será un anciano, el árbol que vemos en su enormidad fue una semilla y un día se apagará el sol. Esta última verdad la escuché en un corrillo hace años donde yo asistía como oyente: durante muchos días repetí la frase sin dejar de reflexionar sobre la misma, una reflexión sobre la finitud que rodea cualquier acto o cualquier obra humana, sobre la idea de cambio que implica. Para resumir, y en virtud de lo dicho anteriormente, un tanto deslavazado, un tanto apresurado, improvisado tal vez, tiene su razón de ser porque yo he entrado en otra fase. C. y yo inauguramos una etapa nueva en nuestras vidas; una nueva etapa de convivencia. Pero este cambio, como todos los cambios, contiene sensaciones encontradas que se deben compensar: a partes iguales: incertidumbre y alegría, pero sé que resulta necesario tratar de establecer un equilibrio que permita trabajar, amar y vivir en armonía. Sé que lo conseguiremos porque creemos el uno en el otro.

+ Sé que mi prosa ganará.

+ Ahora escribo desde mi despachito con el fondo de una música electrónica que se desliza desde una emisora francesa. Una música reiterativa que se ve arropada por una narración en inglés y  en francés sobre tres días en la vida de Georges Perec. Pronto iremos a dar un paseo C. y yo. Hablaremos, tomaremos cerveza helada, regresaremos a nuestra casa y dormiremos para comenzar la semana con determinación y entusiasmo. Un ejercicio trufado de maravillas, tentativas de discurso, innovaciones en el texto, la programación de las visitas a las bibliotecas. Otro mundo, el mismo mundo. Cambio y continuidad, un hilo que uno el pasado con el presente y todo toma sentido mediante una trayectoria coherente. La coherencia y sus hijuelas. Sin cansancio, sin descanso, la prosa mejora porque la persona se perfecciona. Vale.

+ Veo las imágenes de otra manera, con otro sentido. La percepción se determina por la ampliación de mis relaciones con internet. Este ensancharse se traduce en aspectos de la realidad que se iluminan, que surgen de sombras que ni siquiera sospechaba, que condicionaba el peso de la edad. La investigación continua, la investigación continúa.

+ Imagen: la foto la tiré en algún lugar de Normandía, ahora la uso en un perfil que he abierto en una red social. Se une el pasado, el presente y el futuro; se diluye la persona y emerge la personalidad contra lo idéntico. Solo son juegos de espejos. Juegos de espejos, un título o un emblema.