sábado, 23 de marzo de 2024

El afán del día

 

+ Los gatos actúan como transparentes metáforas de la vida cotidiana, los afanes y el deseo. Resulta fácil. Comer, dormir y, tal vez, reproducirse. Hay otras acciones fisiológicas que cualquiera puede suponer. El sentido de la vida se manifiesta en su comportamiento diario. Y un día dejan de comer y se les ve tristes. Esa conjunción de falta de apetito y tristeza nos acerca a ellos y en ellos nos vemos reflejados. La metáfora reside en la expansión del dolor, la pérdida o el engaño. Aunque carezcan de lenguaje adecuado para expresarse poéticamente, su vida y sus actos mismos contienen ese impulso: la vida y sus ritmos. Quizá eso sea la poesía, quizá no. Hoy prefiero pensar que hay una explicación para las dudas que me asaltan. 


+ Tomo una cita de las lecturas en las que estoy sumergido, en este momento, domingo por la mañana: “La virtud más grande de los españoles ha sido siempre un especie de resignación respecto a sí mismos.” [En Romero Tobar, La literatura en su historia, y el citado escritor es J. Casssou]. Me interesa esa resignación. En lugar de orgullo, resignación. Algo de esto hay en mi posición política del momento. No me gustan los pactos con los independentistas, no me gusta la amnistía, no me gusta tantas cosas, pero mucho menos me gusta la alternativa que se presenta. ¿Es una virtud esta resignación? No lo sé, pero ahí veo mi reflejo. Preguntaría a los gatos, pero sé que no se pronunciarán. Me quedo con la cita.


+ Lema: “Ven, muerte, tan escondida”, que, en lugar de ser fúnebre, torna el día en ese aprovechar el afán del momento, tan difícil de alcanzar como beneficioso [el aprovechar].


+ Leí que hay gatos que se sienten incómodos con sus dueños y su casa. Se van y no regresan más. He pensado mucho en esa característica de algunos gatos. ¿Característica o cualidad? Es preciso saber tomar la decisión adecuada en el momento adecuado y ser consecuente con ella. Mucho he reflexionado yo a lo largo de mi vida sobre qué hacer en momentos determinados. Ahora, llegados a este punto, y con un sistema muy depurado, entiendo a estos gatos que dejan vida y labor propias. Qué hacer cuando tu sitio no es tu sitio, qué hacer, sino desaparecer para siempre y que un rastro de tristeza quede flotando en el aire al que nunca volverás. He pensado en la articulación poética que posee, pero no es poesía, es lírica y en ella descanso. Hoy descanso, mañana tendremos otro afán.


+ Lema: “Por la caridad entró la peste”. Frase desagradable donde las haya, pero, al mismo tiempo, certera. Lo terrible de su acierto se sitúa en ese límite entre lo conveniente y lo molesto. Asisto sin pasión al desarrollo de su estela en el afán del día.


+ Imagen: la fotos que se hermanan con una idea de pintura, con la abstracción, la expresión y la deliberada ausencia de forma.