sábado, 29 de julio de 2023

Sin indicaciones (5)

                     

+ La entrada anterior de este blog la terminé el día antes de ser publicada, algo que nunca hago, pues la composición se realiza a lo largo de semana y el jueves, como muy tarde, ya está programada. La pequeña variación en nada afecto a la calidad (buena o mala) del producto (o eso pienso yo, que tiene el valor que tiene). No tuve especiales ocupaciones durante la semana, pero se me escapó y esto se refleja más en mi reflexión sobre los días y sus trabajos y el tamiz de los placeres, bien por presencia, bien por ausencia. Quizá se tratase de falta de ganas, de motivación, de una abulia que me invade últimamente. Tal vez no, simple dejadez. No son sorpresas ni siquiera intentos de mantener una pose, es el reflejo de lo diario pues algo de confesión tienen estos fragmentarios apuntes. Alguna vez coincidí con personas que se podrían denominar sabias, al menos en este terreno de la filología, e intuí esta niebla en sus ojos: el cansancio. Bien cierto es que se trataba de personas que. Habían sobrepasado los setenta años y se aproximaban a los ochenta (¿es posible la sabiduría antes de esta provecta edad?). No quiero decir que yo me equipare con ellos, pero sí veo esa lucha entre la desorientación ante el sinsentido de la vida y la ilusionante necesidad de saber. Saber como llave para acceder una realidad superior y hermética. ¿Hay una llave para el hermetismo? No soy yo un sabio ni nunca lo seré, aunque sé leer los indicios y acierto con frecuencia debido a mi prudencia a la hora de hacer vaticinios. Inicio esta entrada cuanto la anterior acabo de publicar, solo por una cuestión de simetría. La simetría da sentido y resta incertidumbre, aunque solo sea un señuelo, aunque nada más que un truco para continuar.


+ La tarde del sábado resulta plácida. Ahora escribo y el único sonido que me llega, salvo un zumbido casi imperceptible, es el tic-tac del reloj de pared. Veo mis libros y trato de trazar un patrón en los colores de sus lomos, en su agrupamiento. No hay sentido alguno en ello, pero sé que, si lo deseo, lo encontraré. Ahí aquí un principio de ordenación. El naranja se alía con el ocre y el malva y esto es un síntoma. Así, en esta línea, leí hoy por la mañana lo de la muerte del autor de Barthes, luego seguí con Foucault. He creído entender que la disolución del autor está ligada a su muerte física. No sé es así o yo quiero que sea así. El autor muere y comienza un proceso de fosilización porque ya no tiene control sobre su obra. Es algo que se extiende a otras manifestaciones humanas. Una vez muerto, comienza la leyenda y esta es susceptible del olvido y de la adecuación a los intereses de los lectores, espectadores o familiares. Los muertos se transforman en personajes de una narración sin principio ni fin y es ahí donde yo leo los artículos de B. y de F. Nada más. Así, esta mañana extraje esta pequeña piedra.


+ El viaje que hicimos a principios de mes se desvanece en el recuerdo. Su prestancia se transforma en algo diferente, un acento lírico y sosegado. Cuando pienso en la paisaje, en las carreteras, en los pueblos que cruzamos, pienso en esos momentos de tranquilidad, en las conversaciones y en la música que sonaba en el coche mientras se deslizaba sobre el asfalto.  Entiendo que se trata de atesorar recuerdos y no tratar de entender, me resulta complicado pero a veces lo consigo. Hoy recordé la Tierra de Campos. Hoy dormí profundamente. Hoy es día de Santiago. Mientras regresaba a casa y el viaje volvía en forma de rumor me dio la impresión de que todo estaba en orden, sin necesidad de pautas todo ha terminado por ocupar su lugar. Está bien. Vale.


+ Conversaciones en cafeterías. Barrabasadas sin ton ni son. Todo lo puede decir porque tiene dinero más que necesario y porque él sabe qué es lo que la sociedad necesita: un hombre como él. Su seguridad, el lanzamiento de una personalidad, un reflejo y la recompensa por su gallardía. Yo guardo silencio y mi silencio es molesto. No quiero juzgar, no lo hago, solo describo y la descripción es suficiente. Pienso en el significante y el significado, en concreto: un significante amplio que va desde el caro I-Phone, el polo, el arreglo capilar, el reloj y una larga serie de adminículos que no es preciso detallar. Es simple, es sencillo.


+  Valoraciones de los resultados electorales y cambios de bandera. Tal vez, solo se trata de identificar adecuadamente tus intereses y obrar en consecuencia, conforme a las opciones disponibles. No es blanco, no es negro, pero tampoco gris. La insatisfacción está garantizada. Dejo a un lado los resultados de las últimas elecciones y pienso que nadie se ve libre de algún tipo de tara, más o menos visibles. Pienso en la ayudante de la veterinaria y en sus tic, en su obsesión por el orden que tan claramente se manifiesta. Hacemos valoraciones que no dejan de poner al descubierto ciertas simas y montañas que nos conforman. No he de investigar sobre ello. Me declaro incompetente mientras indago en la persona que está al otro lado del espejo.


+ Imagen: En los paseos diarios se manifiestan ciertas imágenes que provienen de un selección si no interesada, sí confesional. Las medianeras contienen una plasticidad que habla de las amenazas y la desnudez, en este momento se me aparecen así. [Otra razón no expresada sería la hierba y el contraste entre el gris y el verde, con la superioridad de la grisalla azulada que se manifiesta en el cielo nublado de julio, de finales de julio].