+ En la primera hora de la mañana del viernes leo una crítica que cuestiona o pone entre paréntesis la palabra realismo. Un cajón de sastre que resulta cómodo y tiende hacia lo irrelevante, hacia la pereza que produce establecer conceptualmente el marco o el contexto de una obra de arte, bien plástica, bien literaria, narrativa o estática. La razón es clara. Se saltan muchas etapas, se desdeñan razones y se establece una frontera que facilita la clasificación. Pero, bien sabido es, las fronteras son tan inestables como permeables y la complejidad de una posible lectura no se resuelve en la etiqueta que se asigna. Sigo con mis tareas pero sé que, a lo largo del día, volveré sobre le tema, al tiempo que añoro mi investigación, pero estamos en otro momento.
+ He visto una persona duplicada. Extraña situación. No es la primera vez que veo a esta persona duplicada. ¿Qué lectura debo establecer?
+ La música de Astor Piazolla llega intensa y nerviosa. La identifico con la ciudad moderna, con el ritmo del metro y las prisas de las calles, las cafeterías en hora punta, el olor a café y a croissant, calles y edificios, plazas y arrabales. Llega y se va. Indago en su biografía y se eleva la decisión, la audacia y la contradictoria y problemática existencia, común a todos los hombre y mujeres. La música permanece y, así, una idea que pervive. La noche se cierra y yo cierro mi teléfono, esta biblioteca de Babel. Argentina en la memoria, como un deseo no alcanzado que se ancla en la adolescencia. Recuerdo a Borges, a Sábato, a Cortazar, los recuerdo y desearía volver a ellos [en especial al Sábato de Sobre héroes y tumbas], pero no es posible. Tareas que me ocupan y me retienen. Astor se desvanece en horizonte y la noche se ha cerrado tras diluirse los último hilos dorados del día entre las montañas. Es viernes a la noche. Se cierra el arco.
+ Regresamos, una vez más, a la liturgia del restaurante y el fin de semana, sustitutos de viajes no realizados, pendientes de la solución de diversas circunstancias y ocupaciones. El trabajo diario se debe ver compensado por dosis de ilusión, que establece una suerte de equilibrios entre la obligación, el esfuerzo y una pizca de hedonismo. La estructura lo es todo, como se sabe desde tiempos inmemoriales. Tanto en la ingeniería como en la trabazón de la obra de arte, incluso en aquella que abjuran del orden. Pero romper ese orden es tender hacia la maestría, hacia lo genial. Recuerdo bien aquel relato sobre la construcción de un palacio japonés (o quizá chino, porque, en realidad, no recuerdo tan bien como quisiera) que alcanza la prístina perfección, cuando se lo muestran al emperador este reclama un martillo y rompe con él el basamento de una columna y exclama: ahora, sí, ahora es merecedor de mi persona. ¿Es el martillo o el basamento roto una equiparación con el restaurante? Ni una cosa ni la otra, sino el gesto mismo. La ruptura, el rechazo de una simétrica reiteración de lo diario. Y, así, en ello estamos. Tomaremos el coche hacia la siete, daremos un paseo por Baiona, iremos al restaurante escogido y registraremos esa ruptura de la rutina, esa elevación en lo diario, la cumbre de las sosegadas y alegres tarde y noches del sábado.
+ Fuimos al restaurante y encontramos lo que buscábamos. No podía ser de otra manera. Antes de llegar nos fijamos en como la luz otoñal perfilaba la silueta de los montes y las urbanizaciones, nos fijamos en el mar calmo y las líneas que las nubes trazaban, entre rojas y negra, próximas a la noche, con destellos azules. La cena no pudo ser mejor y regresamos satisfechos de haber celebrado la llegada del otoño, o cualquier otra cosa, porque el motivo era indiferente y la celebración cobraba valor en sí misma, sin necesidad de otras razones. Hablamos de ello y sentí lejanos los días de hospital de C., sentí lejanas esas desavenencias que no he provocado pero que me hirieron, sentí el peso de la vida disuelto en la alegría y la música que se desperezaba desde el teléfono hasta los altavoces. Era sábado y todo había salido bien, ¿por qué no habrá de continuar esta totalidad por esta fluida senda?
+ Imagen: una primera vista de exposiciones visitadas [algo que se completará en la siguiente entrada].
