sábado, 21 de octubre de 2017
Lo mínimo
+ Estilos que se imponen, que determinan un instante, una época (tal vez). Escucho en el coche I Need You, de los Beatles y no puedo evitar pensar a quién se dirige la canción. Quién es la interlocutora o la destinataria de la canción. ¿Existe una interlocutora/destinataria? termino por preguntarme y conozco la respeusta. La canción es de Georges Harrison y tiene el sello personal de equilibrio y melancolía, un retorno a una infancia no vivida, deseos no alcanzados. Sí, en varios lugares se atestigua que la destinataria de la canción es Pattie Boyd, y es verdad, pero sólo en un sentido. En nuestra búsqueda de lo paradójico, quizá, eso no tiene ninguna importancia, ya que al final es la forma la que otorga el sentido y el sentido se abre a la interpretaciones y, al tiempo, el autor pierde su dominio. ¿Un rechazo de la lectura recibida? Recuerdo, simultáneamente, a Petrarca, a Garcilaso, a Lope. Sus hallazgos transcienden a la amada y se constituyen en contenedores vacíos donde todos podemos incluir lo que deseamos: su naturaleza es la flexibilidad. Los estilos se imponen y determinan instantes y épocas, pero no son eternos porque su naturaleza es el cambio y la impermanencia. ¿Que cosa no está sometida al dictado del cambio? El reinado es efímero desde el nacimiento, lo que hoy es actual ya ha comenzado a morir. Allá van las razones de una interpretación, suplantada por su hija: el momento.
+ Lo anterior viene a subrayar la importancia de la forma, sobre todo cuando uno se asoma a crónicas periodísticas donde se alaban libros en función de extrañas insinuaciones, libros con versos mal medidos, torpemente trabados y desagradablemente sensibles. Y, lo sé y no me entristece, no tiene importancia alguna.
+ Patria: no dicen España y dicen Estado Español, en lugar de molestarme, me agrada. Prefiero la realidad que expone la construcción aburrida y burocrática que las buenísimas posibilidades del peor romanticismo, mostradas por las palabras patria o nación. Estos días de aburrimiento y temor. Pero, como siempre, no tengamos miedo.
+ Un endecasílabo (Lope): «fuerza será mariposear el hielo»
+ Tres colecciones: sombreros y gorros, máscaras de cartulina y marca páginas. Ninguna de las tres responde a plan previo. Son espontáneas y sin destino, no hay nada que completar. Su naturaleza quebradiza impide considerarlas como propias colecciones, sólo son porque se constituye una categoría automática: el sombrero, la máscara, el marca páginas. Bien, ¿y los libros? ¿son también una colección o tienen un marchamo que los elevan a un estadio superior: la biblioteca?
+ ¿Biblioteca o archivo?
+ Los incendios respiran el aire del infierno, el infierno abre sus puertas y ese horno siniestro hace que el sueño sea pesadilla y la pesadilla, realidad palpable en el humo, el resplandor y el miedo. Veremos los bosques arrasados y arrojará el paisaje una idea de la humanidad, de la compleja concatenación de hechos que lleva hasta este horror.
+ Imagen [4]: una vez más, lo que queda después de desposeer el esquema del detalle. Dos colores, cuatro objetos, su silueta, el recorte. Todavía se puede ir más allá: la ruptura del foco, pero no.
